La autoestima es la percepción y valoración que tenemos de nosotros mismos, y constituye la base para el bienestar emocional, las relaciones saludables y la toma de decisiones. Una autoestima sólida permite afrontar desafíos, establecer límites y reconocer nuestro propio valor.

Algunos aspectos que se trabajan en terapia para fortalecer la autoestima incluyen:

• Reconocimiento de fortalezas y talentos personales
• Gestión de la autocrítica y los pensamientos negativos
• Desarrollo de confianza y seguridad en uno mismo
• Mejora de la asertividad y la capacidad de decir “no” cuando es necesario
• Potenciación de la motivación y la resiliencia frente a dificultades

El acompañamiento psicológico ofrece herramientas y estrategias para construir una autoestima equilibrada, favoreciendo un mayor bienestar, seguridad personal y satisfacción en la vida diaria.